12 de diciembre de 2013

Cartas desde Lyon (IV)

Cállate y subamos al quinto piso en ascensor para después tener que descender andando al cuarto. 
Bebamos las cervezas suficientes para tener que marcar el código del portal más de una vez, y así hacer más deseada la llegada a tu morada. 
Consigue, no sé mediante qué artimañas, que el gato me esté observando en la mitad del pasillo que lleva directo a tu habitación, para que así tengamos que dar la vuelta y pasar por la cocina. 
Siéntate en el destartalado sofá a fumarte la colilla que tú aún crees que es cigarro, esa que ha sido abandonada en el cenicero común que está al lado de una mitad de limón que alguno de vosotros exprimió hasta dejarlo sin pulpa. 
Mírame fijamente e,irritado porque he vuelto a inquirir Quoi?, quéjate justo al mismo tiempo en que yo me excuso por haber formulado la pregunta. 
Y, sin más, levántate e invítame a pasar a tu aposento donde, inevitablemente, terminaré despertándome demasiado temprano porque las cortinas que no tienen nada que esconder no evitan que entre la luz del día.




Foto por: René Gröebli
Obtenida en Cultura Inquieta
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